Entre los antecedentes filosóficos están:
El
interés por la percepción se remonta a la
filosofía griega. Así, Platón
pensaba
que el alma es la que posibilita la percepción, mientras que Aristóteles
otorgó un papel fundamental al funcionamiento de los sentidos y a la asociación
de eventos e ideas. Posteriormente, Descartes
también enfatizó el papel del alma al hablar de la percepción, subestimando la
función de los sentidos. Contrariamente, desde el empirismo se mantenía que, en
última instancia, el origen de todo conocimiento se halla en los sentidos y en
la experiencia. Así, Locke
propuso la existencia de cualidades secundarias en los objetos que producen
indirectamente ideas en el sujeto.
La
perspectiva de la Gestalt surgió en Alemania alrededor de 1912 como una reacción
a la
metodología y filosofía del estructuralismo y
el conductismo y en estrecha relación con el
estudio de ciertas ilusiones perceptivas .
Los
partidarios de la Gestalt se interesaron la experiencia perceptiva
fenomenológica, afirmando que
ésta se caracteriza por su globalidad (“el todo es más que la suma de las
partes”)
y su
estructuración.
Las características de la percepción:
- Subjetiva: Es subjetiva, ya que las reacciones a un mismo estímulo varían de un individuo a otro
- Selectiva: La condición selectiva es consecuencia de las naturalezas, que la persona no puede percibir todo al mismo tiempo y seleccionamos lo que queremos percibir
- Temporal: Es temporal ya que es un fenómeno a corto plazo y va evolucionando a medida que se enriquecen las experiencias
Los tipos de percepción son: Visual, auditiva, táctil, gustativa y sabores; es decir que todos nuestros estímulos sensoriales influyen en nuestra percepción.
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